Pyrénées-Atlantiques - Le territoire

Geografía

Fronterizos al oeste con el océano Atlántico y al sur con la cadena pirenaica, los Pirineos Atlánticos (Bearne-País Vasco) están marcados por su doble influencia. Deben su riqueza paisajística a su clima suave y a la complejidad de su historia.

En el sur, la montaña ofrece una gran variedad de lugares excepcionales: picos nevados, circos inmensos, cuevas estrechas, lagos, grutas y cascadas se suceden para hacer las delicias de los senderistas. También ofrece al departamento unos vínculos privilegiados con la cercana España. Más de la mitad de los pasos transpirenaicos se realizan a través de los Pirineos Atlánticos (pico de Somport, Hendaya). Son testimonio de intercambios y encuentros. El departamento también es el lugar donde convergen los caminos de Santiago de Compostela: Ostabat, Lacommande, Irissarry, Hôpital-Saint-Blaise, Saint-Engrâce... son poblaciones que dan fe de este pasado de hospitalidad.

Al norte, el prepirineo es una zona de cerros y valles que los torrentes pirenaicos extienden hasta las llanuras. Viñedos, cultivo de maíz, ganadería y bosques se alternan en un mosaico de pequeñas explotaciones que le dotan el paisaje de un encanto indiscutible.

Al oeste, al fondo del golfo de Gascuña, el departamento se abre a la inmensidad del mundo. Son solo treinta y dos kilómetros de costa, pero con largas playas de arena fina, además de unos elevados acantilados con ensenadas rocosas, como en Biarritz o Saint-Jean-de-Luz, o en la ancha bahía de Hendaya. Una ventana abierta para el espíritu de los Pirineos y su cultura, nacida de una rica diversidad. El Atlántico da al departamento un clima suave y equilibrado, una pluviosidad adecuada y propicia a la agricultura. Una ventana abierta a la aventura para los marinos vascos cazadores de ballenas y los pescadores de atún que descubrieron el nuevo mundo y se llevaron en su estela a los pastores emigrantes. Una ventana abierta para la producción forestal, para el maíz o el azufre del Lacq.

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